2º Anteproyecto del Centro Botín: más de lo mismo. Renzo Piano presenta una variante de su propuesta.

Otro mal anteproyecto en la misma pésima ubicación.
Ante esta lamentable propuesta, nos hemos visto obligados a lanzar un nuevo blog aclarativo

Las dos variantes superpuestas: en amarillo la más reciente.
Con profunda decepción hemos comprobado el pasado 20 de diciembre de 2011 cómo el arquitecto Renzo Piano no ha asimilado nada de la esencia del frente marítimo de Santander e insiste en colocarnos una variante muy parecida a la del anteproyecto que presentó el 16 de septiembre de 2011. Un edificio que para nada encaja con su entorno, carente de las más mínima integración paisajística, y que ahora pretenden que la ciudad se adapte al edificio en vez de adaptar el edificio a la ciudad. Un ejemplo de mal hacer en todas sus facetas.

Se trata de una versión más trabajada del anteproyecto de septiembre, ahora desplazado unos 70 m hacia el oeste, pero que mantiene la mayor parte de los defectos e inconvenientes del primero, una altura, forma volumen y posición que lo hacen incompatible con su entorno. Aunque se ha estrechado ligeramente, presenta una enorme fachada oeste de 83 m de longitud. La falta de adaptación a su emplazamiento se manifiesta también por el empeño en dejar la planta baja libre, lo que generaría unas corrientes de aire continuas que devendrían huracanadas los días de viento sur. Otro tanto sucedería en el espacio que dejan los dos cuerpos del edificio.

Las carencias e insuficiencias del anteproyecto arquitectónico pretenden disimularse mediante una insensata huída hacia adelante: el soterramiento del tráfico. Como el edificio no cabe en el muelle, no sólo lo hacen volar parcialmente sobre el mar, sino que ahora pretenden hacer desparecer la calle enterrándola. Hay que decirlo bien claro: el soterramiento es innecesario y perjudicial para el conjunto y la continuidad del Frente Marítimo de la Bahía.

Para dotar al edificio de una prestancia que por sí mismo no tiene ni puede tener se pretende así mismo remodelar la totalidad de los Jardines de Pereda de manera que todo el conjunto se enfoque hacia el Centro Botín (¿quizá entonces habría que cambiarles el nombre por "Jardines del Centro Botín"?). El diseño del espacio exterior sólo responde a la decisión de enfatizar el edificio, ignorando otros aspectos fundamentales como es la necesaria continuidad del paseo del muelle hacia Varadero, que ahora queda interrumpida radicalmente.

Ambas propuestas (soterramiento y remodelación de los jardines) pretenden enmascarar lo absurdo de esta iniciativa, que en su esencia es injustificada en su origen y mucho más aún en su formalización.

La Fundación Botín ha echado el resto y expone desde el 20 de diciembre con todo su arsenal mediático una propuesta de reforma urbana carente de justificación y que -una vez analizada- se evidencia claramente como innecesaria, inconveniente y profundamente lesiva para la imagen y el funcionamiento de la ciudad. Con todo, se trata de un proyecto en estado aún embrionario con muchísimos detalles por perfilar cuyo desarrollo y concreción, de seguir con la iniciativa, cambiarían sustancialmente la propuesta presentada.

Continuando con su anterior política oscurantista, falta toda referencia al estado actual del lugar, sólo se presentan planos e imágenes de estado final, por lo cual a los ciudadanos no les es fácil hacerse una idea del impacto de esta propuesta sobre el presente. Se trata de una forma sutil de engañar a la opinión pública, como ya se hizo con el anteproyecto de septiembre y que hemos intentado desenmascarar en el presente blog de "Santander en peligro". En este aspecto, poco se ha avanzado desde la propuesta de septiembre.

Por ello y nuevamente movidos por la responsabilidad ciudadana que nos motiva, nos vemos obligados a publicar en un nuevo blog que arroje luz sobre las verdaderas implicaciones urbanas de esta segunda propuesta de la Fundación Botín.

Ver este nuevo blog: Santander sacrificada