2 de noviembre: salimos en prensa y publicamos este blog

Santander tiene un reto

Vista nº 10: desde la fachada sur del Palacete
Santander tiene un reto, un reto para sus ciudadanos y su Ayuntamiento que consiste en convencer a la Fundación Botín de que Santander quiere el Centro de Arte, pero que su emplazamiento es un error, y paralelamente ofrecer una ubicación alternativa adecuada para el mismo.

Artículo publicado el 2 de noviembre de 2011 en el diario El Mundo - Cantabria 
(previamente rechazado con excusas imposibles por El Diario Montañés)

Andan los ciudadanos de Santander preocupados ante la incertidumbre generada por la propuesta de la Fundación Botín de construir un Centro de Arte en el muelle de Albareda. Y no les faltan motivos. En el debate ciudadano de cómo quedaría este edificio faltan datos. Los dos únicos fotomontajes aportados se limitan a sendas vistas lejanas (tomadas desde la cubierta del hotel Bahía y la del Banco de Santander) y que de poco le valen al ciudadano de a pie para calibrar su verdadero impacto, puesto que las referencias que él tiene corresponden al punto de vista de quien camina por el muelle, los jardines o el Paseo de Pereda.

Si un médico, por ejemplo, al margen de su trabajo es testigo de un accidente o un ataque repentino a la salud de una persona, se espera de él que auxilie en lo que pueda al paciente afectado. Es lo que podemos denominar su responsabilidad para con la sociedad. Algo parecido ocurre con los arquitectos: no podemos asistir impasibles ante la amenaza real que para Santander representa la pretensión de construir un Centro de Arte en el muelle de Albareda. Ante el oscurantismo y la falta de información reinante sobre este proyecto, tenemos la responsabilidad moral de poner nuestro conocimiento disciplinar para arrojar luz sobre cómo podría quedar el entorno de la Machina y el Paseo de Pereda. Los arquitectos tenemos herramientas específicas que ninguna otra profesión puede aportar: el dibujo y la capacidad propositiva que nace del conocimiento de toda la gama de escalas en que se produce el hecho urbano, desde el detalle de una ventana hasta el planeamiento urbano y territorial.

Movidos por esta responsabilidad, un grupo de arquitectos decidimos estudiar el impacto visual del Centro de Arte para poder ofrecer a la ciudad algunos análisis hasta ahora ausentes. Entre otros aspectos, hemos realizado 13 fotomontajes con precisión y rigor para observar la incidencia del edificio propuesto. Esta tarea sólo la hemos podido afrontar a partir del 16 de septiembre pasado, momento en el que hemos podido disponer de la información mínima necesaria del anteproyecto del Sr. Piano. Nos apoyamos en estos estudios para afirmar con plena convicción y claridad que el impacto visual y paisajístico es brutalmente destructivo. Juzgue el lector por sí mismo (el resto de la documentación producida y la que en el futuro vayamos redactando se puede encontrar en el blog que al efecto hemos publicado:
http://santandernuestra.blogspot.com).

El problema que suscita la propuesta de la Fundación Botín no tiene solución, esto es, no tiene una solución aceptable porque, con las premisas planteadas, no es posible ninguna arquitectura adecuada a ese entorno. Y es que no hay diseño arquitectónico que con ese volumen pueda encajar armónicamente frente a la perfecta alineación de las casas del Paseo de Pereda, y a sólo 125 m de ellas. No hay forma de disimular un edificio de 20 m de altura y casi 80 m de largo (110 m, si tenemos en cuenta el volumen de la cafetería de la planta baja). Se trata de una pantalla edificada que no hay forma de camuflar, por más que se la divida en dos volúmenes o no se cierre parte de la planta baja (y eso a pesar de que, según declara el Sr. Piano, ya se ha reducido la superficie edificable en un 25%, dejándola en unos 6.000 m2 y de ellos 1.000 m2 en sótano). Pero la realidad es tozuda, y es que simplemente este edificio no cabe en el muelle de la Machina. De hecho, el 40% de la superficie ocupada por él estaría sobre el mar. Y además estrangularía angustiosamente el paseo del muelle. A pesar de su diseño arquitectónico, y sin entrar por el momento a juzgar ni a opinar sobre el mismo, no hay forma de disimular esta mole.

El Paseo de Pereda es una de las fachadas urbanas más espectaculares de España. Y esta singularidad del Paseo de Pereda no radica solamente en su visión desde fuera, sino fundamentalmente hacia fuera, por el amplio y hermoso paisaje que desde ella se observa prácticamente sin interrupciones. La vivencia de estas perspectivas está enraizada en la memoria vital de dos siglos de generaciones de santanderinos, por mor de las miles de veces que cada uno las hemos disfrutado, hasta el punto de identificar esta experiencia con nuestra idea e imagen de Santander. Por ello emplazar este edificio aquí, atenta contra la Ciudad, roba la misma a sus habitantes y les despoja de una parte importante de su memoria de vida.

Hay que advertir también que ejecutar ese volumen sería objetivamente ilegal. Todas las leyes del suelo desde 1975 han mantenido una norma de aplicación directa (esto es, aplicable con independencia del planeamiento urbanístico) según la cual las edificaciones han de armonizar con su entorno, y esta norma es muy clara en su redacción. Remito al lector interesado a consultar el artículo 10.2 de la Ley del Suelo estatal (RDL 2/2008) o la propia ley del suelo de Cantabria (LOT 2/2001) en sus artículos 33.1 y 34.1, de redacción casi idéntica. Nuestro trabajo no deja lugar a dudas sobre el impacto que produciría este edificio: su situación, masa y altura limitarían significativa y gravemente el campo visual del conjunto urbano histórico, lo cual entra de lleno en el ilícito legal. De ahí el riesgo de que la interposición de cualquier recurso contencioso puede conllevar. Podría paralizar cautelarmente su ejecución y/o posteriormente conseguir su demolición. ¿Debe una iniciativa de este calado afrontar semejante riesgo jurídico?

El criterio de edificar en la proyección de la sede del Banco de Santander hacia el mar no es un criterio de idoneidad urbanística. Pertenece a otra esfera de decisiones que ignoran la realidad urbana sobre la que pretenden actuar y su resultado sería profundamente lesivo y de largo alcance, pues sus consecuencias perdurarían en el tiempo. Sorprende y preocupa enormemente que esta decisión se pretenda tomar tan a la ligera sin una mínima justificación objetiva de su pretendida idoneidad y conveniencia. Y lo que es peor, que nos la den ya por hecha. Lo absurdo de esta decisión queda aún más patente cuando todo el mundo sabe que hay excelentes alternativas para la ubicación del Centro de Arte en Santander. Ubicaciones en la que todos los aspectos involucrados se resolverían positivamente, ¿qué impide considerarlas?

Por eso Santander tiene un reto, un reto para sus ciudadanos y su Ayuntamiento que consiste en convencer a la Fundación Botín de que Santander quiere ese Centro de Arte, pero que su emplazamiento es un error, y paralelamente ofrecer una ubicación alternativa adecuada para el mismo.

La Fundación basa su prestigio social en el reconocimiento unánime que reciben sus iniciativas por parte de la ciudadanía de Cantabria. Hasta ahora también ha cosechado unanimidad y agradecimiento por el regalo que el Centro de Arte representa. Lo razonable y deseable sería seguir por esa senda hasta el final. Insistir en mantener ese emplazamiento, aún en el caso de que pudiera sortear la legalidad, supondría perder el cariño y el reconocimiento de cuando menos un sector importante de los santanderinos. No podremos nunca más sentirnos orgullosos de nuestra bahía y su frente marítimo. Cada vez que pasemos por delante sentiremos vergüenza, cuando no resentimiento. Se producirá una fractura en nuestra sociedad a causa del emplazamiento de este edificio. ¿Dónde quedará entonces el prestigio de la Fundación Botín? ¿Dónde está su declarada defensa del patrimonio de Cantabria? Porque quien ama Santander no la destruye.

Angel García de Jalón Lastra
Arquitecto y urbanista
ex-Gerente Municipal de Urbanismo de Palma de Mallorca